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detectar la carga viral en el aire

Calidad del aire en interiores y sistemas para detectar el Covid

28/06/2021
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Probablemente ya hayas oído hablar del COVID-19. Si, por el contrario, vives en una isla desierta donde acaba de llegar un router en una botella, te voy a contar, rápidamente, de qué se trata.

Lo que quizás desconozcas es que existen sensores de calidad de aire en interiores que te dan la posibilidad de identificar si puedes estar en tu oficina, tu casa, en un autobús o en cualquier otro sitio cerrado.

Transmisión y persistencia del Covid

Como su nombre indica, es un virus que puede causar infecciones respiratorias de distinto grado, incluso hasta provocar la muerte. Se tiene conocimiento por primera vez a finales de 2019.

El COVID-19 se transmite principalmente de tres formas: a través de pequeñas gotas proyectadas (cuando se tose, estornuda o habla), por contacto directo o indirecto y mediante aerosoles (emitidos al respirar o hablar).

Estas gotas pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas antes de caer al suelo o una superficie cercana. La duración de la supervivencia de un virus en una superficie depende de una multitud de factores, como el tipo de superficie y el entorno, incluida la temperatura y la humedad del aire. Puede oscilar entre las 2 horas y llegar hasta 10 días.

¿Es posible detectar el COVID-19 en el aire mediante sensores?

Son numerosos los casos en los que personas que han estado en algún evento han dado positivo sin haber estado en contacto con personas portadoras del virus.

El principal inconveniente que hay en la actualidad es que no existe un instrumento accesible para detectar el COVID-19 en el aire de manera directa. Sí que se pueden tomar muestras de aire para, posteriormente, analizar la presencia de coronavirus en laboratorio.

El problema de estos virus, con respecto a otros microorganismos, es que están presentes en muy bajas concentraciones, por lo que se necesitan grandes volúmenes de aire para obtener resultados fiables.

Entonces, ¿podemos detectar COVID-19 en el aire de alguna manera? Lo que se hace es asociar determinados parámetros de la calidad del aire a la posible presencia de COVID-19 en interiores: dióxido de carbono, humedad o niveles de partículas, entre otros.

El dióxido de carbono (CO2) es la principal molécula exhalada por el ser humano mientras respira. Si el recinto no tiene circulación de aire, se concentra en el interior. Altos valores sugieren gran cantidad de gente y/o poca ventilación.

 

La humedad en un espacio interior debe de oscilar entre 40 y 60 %, por lo que valores por encima y por debajo de esos límites facilitaría que el virus se contagiara, alcanzando los pulmones.

El tamaño del virus es de unas 0.1 µm, pero su existencia está asociada a la presencia de partículas de mayor tamaño (2.5 – 10 µm). Por lo que un sensor que detecte ese tamaño de partícula, o incluso menor, podría generar una alarma indicando la probabilidad de que, potencialmente, haya virus en el espacio analizado.

¿Puedo comprar algún tipo de instrumento para controlar el riesgo de contagio a través del aire?

Ante este escenario tan complicado, nos surge la pregunta de si es posible conseguir algún tipo de instrumento que nos indique si estamos en riesgo o no.

La respuesta es ambigua, puesto que aún no existen aparatos capaces de detectar las partículas de COVID-19 en el aire, pero claro que puedes usar instrumentos para medir la calidad del aire y utilizarla como indicador o alarma.

El más interesante es el que mide CO2, pero también se pueden identificar otros gases, la humedad o los niveles de partículas.

La gente emite aerosoles al mismo tiempo que dióxido de carbono, por lo que el CO2 puede considerarse como un indicador de la calidad del aire para determinar la presencia de patógenos dentro de una habitación.

Los medidores de CO2 indican la cantidad, de forma continuada, y puede comprobarse la ventilación del lugar. Si va subiendo, la ventilación no existe o es baja.

Cuando los valores de CO2 en el interior son superiores a las 800 ppm, un porcentaje de aire que respiras procede de las exhalaciones de otras personas. Esto es alarmante durante una pandemia. Cantidades de 1.000, 2.000, o incluso superiores pueden alcanzarse en lugares escasamente ventilados. Si alguien estuviera contagiado, habría más posibilidades de que llegara a otra persona en estas circunstancias.

Del mismo modo, medidores de humedad o de partículas en suspensión también son útiles para controlar los límites y establecer señales de alerta.

Ventajas de los instrumentos de medida de la calidad del aire

El impacto de la contaminación sobre los humanos es entre 2-5 veces superior en espacios cerrados que en abiertos. Del mismo modo, la población pasa cerca del 90% de su tiempo en espacios cerrados, por lo que están más expuestos a este tipo de contaminación.

Los sistemas de monitorización de la calidad del aire en interiores pueden proporcionar datos en tiempo real para identificar los niveles de contaminación del aire en lugares cerrados. Además, estos sistemas de seguimiento aseguran, de manera indirecta, una mejor eficiencia en las redes de ventilación.

Una correcta ventilación es una herramienta ideal para minimizar los riesgos. Lugares con poca ventilación son puntos calientes para la infección.

salidas de aire en interiores

El uso de monitores baratos de CO2 que pueden indicar si la ventilación de las habitaciones es adecuada o no. Como el virus es exhalado, si hay alta concentración de CO2 hay alta probabilidad de que el virus se encuentre en el ambiente.

700 ppm puede ser un buen límite, situándolo por debajo en gimnasios u otros lugares en donde la gente expulsa grandes cantidades de aire.

Además del CO2, otros gases puede ser indicativos de una mala ventilación. El NO2 en sitios cerrados tiene su fuente principal en los sistemas de aire acondicionado, calefacción o calderas. Por lo que controlar los niveles en interior también puede ser interesante. CO, CH4 o radón son gases fáciles de medir y pueden ser útiles para identificar la escasa ventilación.

Problemas de los sensores de medida de la "pureza" del aire

En ocasiones, los científicos avisan de que las medidas de dióxido de carbono pueden ser malinterpretadas, dando una falsa sensación de seguridad. Requiere una correcta calibración y a veces puede confundirse con otros gases de efecto invernadero (vapor de agua). De ahí la importancia de un registro continuado y una correcta interpretación.

Cuando los valores son altos o bajos la interpretación es, más o menos, sencilla. Pero cuando se encuentra, por ejemplo, entre valores de 700 y 1000 ppm, ¿podemos decir que la calidad del aire es la correcta? Pues depende.

Cuantos más sensores, mejor será la interpretación de los resultados y más fiables son las alertas que se pueden establecer. Esto dependerá del lugar a monitorizar, porque no es lo mismo el control en una oficina grande con dos escritorios que el salón de un restaurante.

Si las concentraciones de CO2 son bajas en una habitación, oficina, negocio, el riesgo de trasmisión del coronavirus es probablemente también bajo, al menos para la gente que no está cerca de ti.

Hay que tomarlo con precaución, puesto que se puede producir una falsa sensación de seguridad si los niveles son bajos. Las mediciones de CO2 son útiles e informativas, pero hay que analizar el contexto.

¿Nuevas medidas y objetivos para mejorar la calidad del aire en interiores?

Es importante disponer de las herramientas para controlar la calidad del aire, así como su relación con posibles patógenos, con el fin de poder actuar ante cualquier otro tipo de pandemia o ataque invisible.

La mejora de la calidad del aire en interiores podría ser tan efectivo para reducir la transmisión de virus por aerosoles como vacunar al 50-60% de la población.

La tecnología avanza rápidamente y cada vez son más los instrumentos desarrollados para el bienestar de la sociedad. Distintos grupos están trabajando en el desarrollo de herramientas que permitan detectar en el aire, de forma directa, la presencia de COVID-19 mediante un sistema basado en biosensores.

La crisis sanitaria ha demostrado que el trabajo conjunto y en una misma dirección puede acelerar los resultados. Una vez perfeccionada esta tecnología, podría adaptarse a la identificación de posibles nuevos virus y evitar situaciones similares.

El futuro ya está aquí.

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