¿Medicamentos y golpes de calor?

29/05/2013
María Irene Pardo
Licenciada en Farmacia por la Universidad de Granada con un Master Oficial en Nutrición Humana y Master Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. Cuenta con años de experiencia como especialista en áreas de Sanidad, Dietética y Nutrición.
Más sobre María Irene Ver su perfilEl verano es una de las épocas más deseadas, es sinónimo de vacaciones, de días de sol interminables, de actividades al aire libre, pero también de altas temperaturas en las que la prevención y protección son las mejores armas. Conocido por todos es la importancia de hidratarnos lo suficiente durante estos días estivales para no sufrir el archiconocido “golpe de calor”, sin embargo poco se sabe de la relación que existe entre el consumo de ciertos medicamentos y la agravación del mismo, así como de las precauciones pertinentes que hay que tener en cuenta cuando se consumen estos fármacos. Por eso, y porque nos encontramos inmersos en la Semana Nacional de la Salud, en este post os recordamos algunos puntos a tener en cuenta.
Que las altas temperaturas propias de esta estación veraniega ejercen una influencia sobre pacientes que siguen tratamientos farmacológicos, es un hecho del que ya se hizo eco la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) el año pasado en una campaña muy interesante en la que se instaba a un buen uso de los medicamentos en caso de olas de calor, señalando a los pacientes con tratamientos farmacológicos crónicos, a los que consumen simultáneamente varios medicamentos, a los pacientes de edad avanzada, lactantes y niños como los principales candidatos a padecer este tipo de efectos.
Si bien es cierto que los medicamentos en sí, no son los responsables del golpe de calor, parece ser que ciertos grupos terapéuticos interaccionan con mecanismos de adaptación del organismo en casos de temperaturas elevadas pudiendo dar lugar a un empeoramiento de este estado provocado por una prolongada exposición al sol.
Entre ellos se encuentran medicamentos empleados en patologías cardiovasculares como (diuréticos, IECAs como el captopril o enalapril, antagonistas de los receptores de la angiotensina II como el losartán, candesartán…etc.), algunos antibióticos, todos los antiinflamatorios no esteroideos, medicamentos nefrotóxicos como las ciclosporinas y los aminoglucósidos, antiarrítmicos, algunos antidiabéticos orales, fármacos hipocolesterolemiantes, antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos, algunos antiparkinsonianos…etc.
Por eso en aquellos casos en los que nos enfrentemos a una ola de calor y en los que se esté tomando alguno de estos fármacos, sobre todo si es de forma crónica, es más importante si cabe seguir al pie de la letra las recomendaciones de hidratación, ambientes refrescados y aireación suficiente, cuidar la vestimenta, limitar el ejercicio físico y no realizarlo durante esas horas, y sobre todo evitar la automedicación sin consejo farmacéutico o médico previo. Así mismo, será labor de estos profesionales sanitarios vigilar a los pacientes con mayores riesgos en estas circunstancias.
No obstante, no hay que alarmarse, ni pensar que vamos a padecer un golpe de calor por culpa de los medicamentos (ya hemos dicho que no es así, sólo que pueden agravarlo), tan sólo hay que seguir estas recomendaciones y seremos capaces de combatir esa ola de calor sin ningún percance.
Desde el departamento sociosanitario queremos hacer mención especial, como no podía ser menos, a la Semana Nacional de la Salud que se está celebrando del 23 al 30 de mayo, animándoos a participar y a conocer todos esos hábitos de vida saludable que nos permitirán gozar de ese estado de bienestar que tanto anhelamos.
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