Cuando en consulta nos planteamos el proceso de evaluación, nos encontramos con un gran número de pruebas posibles que utilizar. Algunas son pruebas simples y breves y otras más complejas y extensas. Una batería neuropsicológica se constituye por un conjunto de pruebas que evalúan una o diferentes funciones cognitivas. ¿En qué consisten exactamente estas pruebas y por qué utilizarlas?
El infinito universo de los test en neuropsicología
Cuando nos encontramos ante un paciente en la primera consulta tenemos que hacer una observación de su conducta y establecer una primera hipótesis de lo que ocurre. Esta primera toma de contacto es sumamente importante, ya que de ella deberán partir nuestras decisiones posteriores con respecto al proceso de intervención.
Antes de llevar a cabo dicha intervención, es necesario hacer una valoración lo más detallada posible del estado cognitivo del paciente. Una vez establezcamos un perfil neuropsicológico, sabremos cuáles son las áreas que se encuentran preservadas y cuáles muestran déficit con los que vamos a tener que trabajar.
Realizar una evaluación no es nada fácil y, seleccionar las pruebas para la misma, aún menos. Actualmente disponemos de una gran cantidad de pruebas neuropsicológicas en el mercado. Es prácticamente imposible conocerlas todas. Los neuropsicólogos suelen tener conciencia de las que más utilizan en consulta, dependiendo de su campo de actuación.
Así, quien trabaje con deterioro cognitivo tendrá un mayor conocimiento de pruebas de memoria, orientación o funciones ejecutivas, mientras que, quien trabaje con afasias, tendrá una mayor idea de las pruebas que se utilizan para valorar los diferentes aspectos del lenguaje.
Un manual que nos puede servir como referencia para consultar la gran mayoría de pruebas existentes es el Neuropsychological Assessment, de Muriel Lezak. En este compendio podemos encontrar el nombre y la descripción de una gran cantidad de test y baterías, agrupadas según las funciones que miden.
Características de una batería neuropsicológica
Como comentábamos antes, este tipo de pruebas se constituyen por una serie de pruebas menores, que pueden evaluar una única función cognitiva o un conjunto de ellas. Dependerá del caso al que nos expongamos seleccionar un tipo u otro.
Una batería general debe medir la mayoría de las funciones cognitivas, atendiendo a los subprocesos que componen a cada una de ellas. Así, si la atención puede ser fragmentada en focalizada, sostenida, alternante, selectiva y dividida, una batería debería ser capaz de evaluar cada componente.
Normalmente, el uso de una batería neuropsicológica completa supone un proceso largo y tedioso, tanto para el profesional como para el paciente. Requiere de una gran cantidad de horas de aplicación (algunas hasta 5) y pueden hacernos invertir una gran cantidad de tiempo innecesario.
Si hemos sido lo suficientemente observadores durante la exploración, podremos no tener que necesitar aplicar un conjunto tan extenso de pruebas, sino solo algunas de ellas.
¿Cuándo utilizarlas?
Existen dos motivos fundamentales para utilizar este tipo de baterías: la inexperiencia y la necesidad de valorar de forma muy precisa el funcionamiento cognitivo general.
En el primer caso, cuando un neuropsicólogo no tiene mucha experiencia recién acabada su formación, el uso de una batería neuropsicológica le puede ayudar en gran medida a realizar una evaluación con suficientes detalles como para entender qué ocurre en la cognición de su paciente.
A medida que los neuropsicólogos más jóvenes adquieren experiencia en el terreno profesional, dejarán de utilizar el conjunto entero de test. En muchas ocasiones seleccionarán únicamente alguna de las subpruebas. Que la batería no se utilice de forma completa no quiere decir que no se pueda utilizar una parte de ella.
En el segundo caso, cuando es necesario evaluar el funcionamiento cognitivo general del paciente, las baterías son una buena elección, ya que la mayoría fueron creadas con esa intención. De esta manera se produce una economía de tiempo muy necesaria en consulta, agilizando el trabajo en gran medida.
La importancia de las funciones cognitivas
El aspecto fundamental que nos va a ayudar en la selección de pruebas concretas es el conocimiento que tengamos en profundidad acerca de las funciones cognitivas.
A menudo se tiende a obviar que es la cognición con lo que el neuropsicólogo trabaja, llevando a un proceso de evaluación en el que se obtienen meros datos numéricos que no se saben interpretar. Esto se conoce como enfoque cuantitativo.
Sin embargo, debemos acostumbrarnos a ser sensibles en la observación de la funcionalidad del paciente, ya que es lo que verdaderamente nos interesa. Esto se conoce como enfoque cualitativo, y nos permite ser precisos en la determinación de los déficit del paciente.
Más allá del uso de test por funciones o de una batería neuropsicológica concreta, nuestro principal objetivo es observar e intervenir la conducta del paciente, que es el interés de todo psicólogo, independientemente de su especialidad.
hola, me parece muy interesante la informacion, para tratar con mas exactitud los casos de los clientes,
me encanta la información, es muy interesante y a la vez muy buena para elegir que pruebas realizar en cada caso.
De acuerdo, el neuropsicólogo debe conocer de antemano todas las pruebas o test existentes y lo que se mide en cada una de ellas, para elegir qué pruebas realizar en cada caso y llegar al diagnóstico más acertado para poder tratar al individuo en concreto.