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Los pasos de la cadena epidemiológica

10/02/2023
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La cadena epidemiológica es una secuencia cuyos elementos participan en la transmisión de un agente causal hasta un huésped susceptible. El resultado de la interacción de estos elementos es el desarrollo de una enfermedad. Por lo tanto, la cadena epidemiológica constituye la cadena clave para enfermar.

¿Cuáles son los elementos de esta cadena?

El primer elemento es el agente causal, un organismo vivo que tiene la capacidad de producir una enfermedad. Se trata de un elemento necesario, ya que sin su presencia no podría ponerse en marcha la cadena epidemiológica, pero no suficiente, dado que por sí solo no puede originar la enfermedad. Necesita de la presencia del resto de elementos.

El siguiente elemento es el reservorio o la fuente de infección. A pesar de que en ambos el agente causal vive, se reproduce y se multiplica para posteriormente pasar al huésped, difieren en el hábitat. Es decir, en el reservorio el agente causal se encuentra en su hábitat natural mientras que en la fuente de infección este agente está presente en un hábitat ocasional.

Para que dicho agente pueda salir de su hábitat para alojarse en un huésped es fundamental la existencia del elemento conocido como puerta de salida.

Una vez que el agente ha encontrado una vía por la que poder salir de su hábitat se pone en marcha otro elemento importantísimo de la cadena, el mecanismo de transmisión. La transmisión es directa cuando el agente pasa al huésped sin utilizar ningún “medio de transporte”, o indirecta cuando el agente necesita de un vehículo animado (insectos) o inanimado (alimentos, agua) para poder llegar hasta el huésped.

A pesar de que el agente causal haya salido de su hábitat y haya encontrado un “medio de transporte” necesario para transmitirse (en el caso de que sea indirecta), necesita encontrar una puerta de entrada al huésped. Las más comunes son las conjuntivas, el aparato respiratorio, digestivo y genitourinario, las mordeduras y los arañazos.

El último elemento de esta cadena lo constituye el huésped susceptible. La edad, el estilo de vida, el lugar de residencia, el estado nutricional e inmunológico son características que van a influir en la susceptibilidad del huésped.

En resumen, la cadena epidemiológica se compone de:

  • Agente infeccioso casual

    Se trata de un agente infeccioso que ocasionalmente causa una infección en una persona o población, pero no es una causa común o principal de la enfermedad en cuestión. Es decir, este agente provoca una infección en circunstancias específicas. Pueden considerarse así si solo se propagan en áreas geográficas concretas o en ciertas estaciones del año. Por ejemplo, un agente infeccioso casual también pueden dar pie a infecciones oportunistas solo en personas con sistemas inmunológicos debilitados. Este agente infeccioso puede tratarse de un virus, una bacteria o un hongo.

  • Reservorio o hábitat

    Designa el lugar donde un agente infeccioso vive y se reproduce, es decir, donde se mantiene naturalmente, y desde donde puede infectar a los huéspedes susceptibles. Dependiendo del tipo de agente infeccioso, el reservorio puede ser un lugar donde el agente vive y se reproduce sin causar síntomas o enfermedad en el huésped, o puede ser un lugar donde el agente causa una enfermedad en el huésped, pero no se elimina completamente después de la recuperación. Este puede ser un animal (frecuentemente parásitos) o un ser humano, o incluso el medio ambiente, como el agua o el suelo.

  • Fuente de infección

    Es el punto de partida desde donde el agente infeccioso se transmite a los huéspedes susceptibles y comienza a propagarse. Dependiendo del tipo de agente infeccioso, la fuente de infección puede ser una persona que tiene una infección sintomática o asintomática, o puede ser un objeto que ha sido contaminado por el agente infeccioso. En muchos casos, la fuente de infección coincide con el reservorio.

  • Portador

    Es una persona que alberga un agente infeccioso en su cuerpo y puede transmitirlo a otros, pero no muestra síntomas de la enfermedad. Los portadores pueden ser asintomáticos o presintomáticos, lo que significa que pueden transmitir el agente infeccioso antes de desarrollar síntomas. Es un elemento clave de la cadena epidemiológica, ya que si todos los contagiados mostrarán síntomas evidentes o invalidantes, la transmisión de la enfermedad se vería frustrada, pues su detección supondría medidas de prevención y curación más inmediatas y contundentes.

  • Vía de salida

    La vía de salida (también denominada puerta de salida) se refiere al lugar o la forma en que el agente infeccioso sale del cuerpo del huésped infectado y se transmite a otros huéspedes susceptibles. Por ejemplo, en el caso de una infección respiratoria, la vía de salida puede ser a través de la tos o el estornudo, mientras que en una infección intestinal, la vía de salida puede ser a través de las heces.

  • Mecanismo de transmisión

    Los mecanismos de transmisión pueden ser directos o indirectos: - La transmisión directa ocurre cuando el agente infeccioso se transmite de una persona infectada a un huésped susceptible a través del contacto directo, como el contacto sexual o el contacto con las gotas respiratorias expulsadas por una persona infectada al hablar, toser o estornudar. - La transmisión indirecta ocurre cuando el agente infeccioso se transmite a través de un vector, como un mosquito o una garrapata, o a través de un objeto contaminado, como un juguete o una superficie.

  • Puerta de entrada

    Es la vía por la que el agente infeccioso se cuela en el cuerpo del huésped susceptible y causa la infección. Por ejemplo, en una infección respiratoria, la puerta de entrada puede ser la nariz, la boca o los ojos, mientras que en una infección intestinal, la puerta de entrada puede ser la boca. En el caso de enfermedades de transmisión sexual, la puerta de entrada puede ser los órganos genitales.

  • Huésped susceptible

    Así se le llama a cualquier persona que no tiene inmunidad contra un agente infeccioso y, por lo tanto, está en riesgo de contraer la enfermedad. Este puede ser alguien que nunca ha estado expuesta al agente infeccioso o que, a pesar de exponerse a ella, no ha desarrollado la inmunidad esperada. Por ejemplo, en el caso de una enfermedad infecciosa, un bebé recién nacido que aún no ha sido vacunado puede ser un huésped susceptible.

¿Qué es lo que ocurre cuando se dan todas las condiciones necesarias?

Pues bien, si se cumplen todos los elementos presentes en la cadena epidemiológica, el resultado es el desarrollo de la enfermedad.

Pero eso no significa que una vez que el agente causal haya conseguido llegar hasta el huésped susceptible se produzca de inmediato la enfermedad, ya que el desarrollo de la misma pasa por diferentes periodos:

Desde que el organismo ha entrado en el huésped hasta que aparecen los primeros signos y síntomas tiene lugar el periodo de latencia.

Le sigue el periodo prodrómico, que hace referencia a un corto periodo de tiempo en el que el organismo empieza a reaccionar contra el agente causal y en el que se ha producido la activación del sistema inmunitario.

Tras la sintomatología inespecífica aparecen las manifestaciones clínicas propias de la enfermedad en el periodo clínico. En este periodo la enfermedad es ¡altamente contagiosa!

El periodo de convalecencia se caracteriza porque es donde los síntomas de la enfermedad comienzan a desaparecer. Aunque todavía puede seguir siendo contagioso.

Y por último, en el periodo de recuperación la persona recupera su funcionamiento normal dado que ya ha desaparecido la enfermedad.

Para que se produzca una enfermedad y se pueda transmitir es necesaria la presencia de un huésped susceptible, pero…

¿Quién es la primera persona que contrae la enfermedad?

La primera persona que presenta una enfermedad y que la introduce en su entorno es conocida como caso primario. En algunas ocasiones, puede existir la posibilidad de que exista un caso coprimario. Este se define como el siguiente al caso primario, ya que presenta la enfermedad en un periodo de tiempo muy inferior al de incubación, por lo que se puede deducir que tanto el caso primario como él han tenido un origen común.

Dado que el caso primario ha introducido la enfermedad en su entorno, la aparición del caso secundario es cuestión de tiempo. Este caso está constituido por todas aquellas personas que adquirieron la enfermedad a través del caso primario (o coprimario), pero no es el único requisito para ser considerados caso secundario, sino que también deben de cumplir las siguientes condiciones:

El inicio de la enfermedad debió de ocurrir después de la exposición con el caso primario (o coprimario) y durante un periodo de tiempo compatible con el periodo de incubación de la enfermedad. El contacto con el caso primario tuvo lugar durante el periodo de máxima transmisibilidad o durante el periodo de convalecencia. Se desconoce la existencia de otra fuente de infección. A través de los estudios bacteriológicos se puede demostrar la identidad de la cepa que relaciona el caso primario con el caso secundario

¿Se puede evitar alguno de los elementos de la cadena epidemiológica?

Algunos de los elementos que constituyen la cadena epidemiológica están fuera de nuestro control, pero podemos actuar sobre los mecanismos de transmisión y la susceptibilidad.

En el plano individual, medidas tan sencillas como: lavarse las manos, lavar muy bien alimentos o conservarlos de manera adecuada, limpiar las superficies sobre las que vamos a cocinar, llevar una buena alimentación y un estilo de vida saludable, estar correctamente vacunado; van a influir de manera positiva en nuestro organismo contribuyendo de esta manera a disminuir la probabilidad de enfermar.

En el plano social y científico, la microbiología avanza en su estudio de los microorganismos, entre los que se incluyen bacterias, virus, parásitos y otros agentes no convencionales que pueden causar estragos en la salud del ser humano con el fin de conocer mejor la transmisión de enfermedades y elaborar planes de prevención y actuación.

Categorizado en: Biosanitario

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